José Luis Cuevas
(Ciudad de México, 26 de febrero, 1934 - 3 de julio, 2017)
(...) Nació en la madrugada del 26 de febrero de 1934, en la Ciudad de México, en los altos de la fábrica de lápices y papeles El Lápiz del Águila, administrada por su abuelo paterno, Adalberto Cuevas. Ese temprano contacto con el papel y el grafito marcarían su destino de manera determinante.
A los siete años de edad ganó un certamen de dibujo infantil promovido por la Secretaría de Educación Pública, al autorretratarse como “niño obrero”. Un par de años más tarde, al conocer los murales de Roberto Montenegro, en la biblioteca de la escuela Benito Juárez, y de los de Diego Rivera en el Palacio de Cortés, en Cuernavaca, decidió que su futuro sería como artista plástico.
José Luis Cuevas fue esencialmente un artista autodidacta. En 1944 ingresó a estudiar a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, pero una fiebre reumática lo obligó a abandonar sus estudios y a guardar cama durante dos años, tiempo en el que se dedicó a leer y dibujar profusamente.
Así inició una carrera que poco a poco comenzó a tener reconocimiento por su calidad técnica y expresiva. En 1958 publicó en el suplemento México en la Cultura, del diario Novedades, un texto en el que critica a los integrantes de la Escuela Mexicana de Pintura, titulado “La cortina de nopal”, y entonces se convirtió también en un artista polémico e impulsor del movimiento artístico llamado de la Ruptura, junto con Roger von Gunten, Manuel Felguérez, Vlady, Vicente Rojo, Pedro Coronel, Lilia Carrillo, Fernando García Ponce, Enrique Echeverría y Alberto Gironella, entre otros.